El cronut, el nuevo dulce repostero
Seguramente a estas alturas de la película, la mayoría de vosotros ya conozcáis lo qué es el cronut. Para todos aquellos que os suene a chino, explicaremos que el cronut se trata de la última moda en repostería. Es una mezcla de donut, por su forma, y croissant, por su masa. Como la mayoría de las invenciones reposteras de los últimos años, este dulce invento ha nacido en Estados Unidos, concretamente en Nueva York. A un repostero llamado Dominique Ansel se le ocurrió un buen día mezclar en una misma pieza las características de dos de los productos de repostería más importantes de la historia pastelera. Su pastelería ahora mismo no da abasto para servir la demanda de cronuts. Se crean colas y han tenido que restringir el número de cronuts por persona. Aunque su precio no es precisamente bajo, cinco dólares por pieza, la euforia ha llegado hasta tal punto que los cronuts se revenden por internet. En fin, locura pastelera.
El pastelero Ansel aconseja desde su página comer el cronut inmediatamente después de comprarlo porque, por su proceso de elaboración, su vida es de corta duración. Si se quiere compartir y cortar, lo ideal es utilizar un cuchillo de sierra, como el que se usa para el pan, porque así no machacará las capas de las que se compone. Dice el repostero que su elaboración tiene una duración de tres días y que tardó dos meses en conseguir su receta tras diez intentos.
¿Ya se puede probar el cronut en España? Pues como ya ocurrió con los cupcakes, la tendencia de los cronuts ya ha llegado a España. Algunos reposteros se han puesto las pilas y ya ofrecen este dulce en sus establecimientos. No me extraña porque la repostería está actualmente en alza y tanto el croissant como el donut forman parte de nuestra cultura gastronómica más dulzona. En Barcelona ya se pueden encontrar cronuts en panaderías como las de la cadena Santa Gloria, la pastelería Cal Forner o la Pastisseria Lleonart en Sant Celoni. En Tenerife también han aparecido estos dulces de la mano de la Pastelería Díaz. Seguramente no sean los únicos en apuntarse a esta moda y veamos como, poco a poco, este híbrido entre el croissant y el donut va ocupando los mostradores de las pastelerías y panaderías, junto a otras creaciones reposteras.
Y la pregunta del millón es: ¿permanecerá este producto mucho tiempo en el mercado? ¿sucederá al ya archiconocido cupcake? Nosotros creemos que aunque sea un producto de elaboración difícil, el cronut es fácilmente adaptable a nuestro modo de vida. Cada vez son más las personas que, en vez de gastarse un dineral en una cena, se dan un dulce capricho a media mañana o tarde. No es un producto muy extraño que cree desconfianza (cualquiera puede confundirlo con un donut) y a ello hay que sumarle que estamos en la era de la innovación abiertos a nuevas experiencias como ésta.
¿Qué os parece a vosotros?
Trackback from your site.
Comments (1)
Jo que ganas de probarlos!